martes, 30 de marzo de 2010

Real Academia Cordobesa

La lluvia caía como en las mejores tormentas de verano. Me agarró en el corazón de la peatonal: 9 de Julio esq. San Martín. Para guarecerme me cobijo en un pequeño techito de la ex Casa Escasany (ex joyería Bristol también), y allí espero que “amaine”.
El grupo de personas que se refugiaban como yo, ya habían colmado la capacidad del “techito”. Cuando de repente arremete empujando para hacerse lugar, una madre y sus 3 (tres) hijos, de los cuales una de ellas tenía a su vez una bebé en brazos. De pronto ocurre este diálogo entre los recién llegados:
- Como va…llové así!
- Metete adentro que se vamojá la chica!
- Che mami…pandetenemosquí!?
Stop.
Hasta acá llego. ¡Que
poder de síntesis. Ese giro ¿idiomático?, ese atajo lingüístico del mocoso de 9 años aproximadamente: “PANDETENEMOSQUÍ” (léase: ¿para donde tenemos que ir?, obvio). Si..si, no se trataba de una voz comechingón ¿o sí…?
Miro a la cámara imaginaria que me está encuadrando desde una pérgola y me digo:
No existe posibilidad para el error, estoy en Córdoba.

"...sin eia"

“...ia no tengo vida sin eia…”, le dijo el naranjita a la señora que lo escuchaba atentamente apoyada con sus dos manos en la escoba.
La escena continuaba sin mí, que pasaba por allí ocasionalmente. De hecho a medida que me alejaba se escuchaba el rumor del diálogo, pero ya no me importaba.
Ya había escuchado suficiente.
(Esquina de Eufracio Losa y Lituania, Bº Gral. Paz a las 9:40 de la mañana)