martes, 31 de mayo de 2011

El placer de estar vivo (declaración jurada)

Hace ya varios años (unos 30 casi), escuché al profesor de Dibujo de la Escuela Figueroa Alcorta, un tal Johnson, hablar y armar toda una clase sobre "el punto". Si el punto, ese que hacemos cuando apoyamos el lápiz.
Dicho así parece un tema menor y nada sustancial. Pero en las casi dos horas y media de su charla, fue desmenuzando conceptos y derivaciones fuera de toda "casilla artística". Casi se podría decir que estuvo hablando de la vida misma.
A partir de allí, se generó en mi un cambio conceptual fundamental, había que replantear todo y desde cero. Cada cosa por más mínima que parezca debía tener su esencia y como tal no la podía desconocer. Indagar en cada componente de mi vida iba a ser una costumbre, un ejercicio y una obligación.
Llegar a la génesis de las cosas para poder sacar conclusiones, tener fundamentos y argumentos válidos para cualquier trabajo o expresión de ideas.
Así fue que en cada cosa que encaraba, ya sea en mi trabajo o en mis estudios, debía ser analizado y materializado a conciencia (cosa que no acostumbraba a usar y que no sé si la uso al 100%).
Por todo lo dicho, cada cosa que tomo para "aprehender", merece mi más profundo respeto y responsabilidad. Trasladar esto a mis pinturas es uno de mis objetivos, al menos en esta etapa de mi vida. Pintar es una pasión necesaria en sí misma y la que trata de sacar afuera mis tripas y orearlas al sol (si es que esta frase se me permite).
En las líneas que hago, en cada pincelada, en las caricias que le propino a la tela, a la madera o al papel, trato de ser fuerte y concreto. Claro. Respetuoso de nada e impulsivo. Limpio y dispuesto a estallar.
Mi temática es la expresión. Encontrar el olor a la sangre, el perfume de la mañana y el gusto de un grito. No tengo limitaciones (he aquí mi mayor limitación) ya que creo poseer cierta habilidad para representar pero me gustaría "comunicar" más lo que siento.
Mi estrategia, era y es el trabajo (pasar la mayor cantidad de horas que pueda frente al soporte) y sacar el mayor provecho que sea posible. Pero por sobre todas las cosas creo que necesito aprender mucho (mis dudas se acrecientan y se suman a mis certezas). Y en esto de aprender, está la parte que debo olvidar (ciertas mierdas que tengo pegada al cuerpo y a mi alma).

Tengo muchos placeres en mi vida pero algunos se destacan del resto por su persistencia y porque rayan la pasión. En pintar encuentro el resumen perfecto de todos y algunos otros placeres que no vienen al caso ni a mi memoria. Lo juro.


Antonio Gabriel Muscolo



Nota: La foto son los pinceles de Sorolla y Bastías

lunes, 16 de mayo de 2011

Vino con soda

Me gusta el vino son soda. Siempre que le pongo soda al vaso de vino, me siento culpable. Me siento que traiciono. que hay alguien escondido que me mira y se ríe burlonamente.
Basta. Se terminó. A partir de hoy lo voy a declarar públicamente desde este espacio: ¡si me gusta el buen vino tinto con una buena soda! ¿y qué?.
Lamento por aquellos que me critican. Ahora el problema es de ellos.
Ah...me olvidaba, si hay hielo seguro que le se lo pongo.
Salud!