jueves, 10 de marzo de 2011

El alma de mi mamá

Eso son las manos de mi vieja. Por ahí pasa todo. Por ahí pasa la vida.
Son esas las manos. Es esa su alma.
En ese calor está el secreto, la ternura y el amor.
Ese inmenso amor que no tiene límites. Es infinito. No tiene medida.
Así como amasa, te besa y te habla. Con firmeza pero dejando todo. Con ternura que te envuelve y te somete a lo que ella quiere. Con esas mismas manos que te da y no te pide nada. Pone harina a la masa para que no se pegue y te esparce por todo tu cuerpo la paz que andas buscando. Siempre fue así. Siempre entregó todo.
Con las manos suaves y con el alma abierta.
Rezando por todos. Abrazando a todos. Alimentando a todos con su mejor masa: sus besos.
Esas son las manos del alma de mi Mamá.

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