viernes, 1 de mayo de 2009

Son las 18:35 PM


Es el tiempo de las flores y del sol, el amor recorre las espaldas en forma de escozor. Los niños tienen felicidad en sus caritas producto del descanso luego de haber pasado un año lectivo arduo pero reconfortante, con resultados óptimos en sus calificaciones y la alegría y el regocijo de sus maestros agradecidos por tanto apoyo por parte de los niños y de los padres para llevar a cabo su tarea.
Tanto unos como los otros, habían cumplido su tarea. Los unos, recompensados con promesas de unas fabulosas vacaciones en algun lugar de ensueño.
Los otros, que despues de un año lectivo cargado de emociones, tienen la recompensa de percibir sus haberes en tiempo y forma, y se aprestan a vivir un tiempo de recreo tan merecido que cargará las pilas para el año que viene.
Los que estaban un poco preocupados son los padres de estos niños, que debieron sortear las dificultades de la elección del lugar ideal para sus vacaciones debido a la cantidad de oferta de lugares maravillosos y con precios tan tentadores. Pero todo tuvo buen final ya que haciendo una evaluación de las finanzas hogareñas, el superavit de ese año fue tan generoso o más que el año anterior, lo cual permitió unas vacaciones de película, que por otra parte, el papá en su taller mecánico, había planificado al detalle.
La mamá, en su estudio de decoración de interiores, preparo con mucho esmero la lista de cosas a comprar, necesarias para que no falte nada en esos días de solaz y algunas otras que tienen más que ver con el pasatiempo. También fue la encargada de programar el circuito de actividades a desarrollar por la familia tales como: teatros, visitas a lugares turísticos, parques de diversiones y paseos varios (lease shoppings)
Por su parte el abuelo también tuvo su tarea. Despues de cobrar el aguinaldo de su jubilación completa, sacó a relucir su tarjeta de crédito y no escatimó en gastos a la hora de comprar chucherias para todos, en especial a los chicos que reclamaron el plus para cuando estén en el mar.
El auto está listo (también... es un 0 Km), las cuentas están pagas y las rutas nuevas los esperan para un viaje inolvidable, como todos los años (despues de todo, si de algo uno se olvida, para que estan los mini shopping de las estaciones de servicio abierta las 24 hs.).
- ¡Señor... señor, llegamos al final de recorrido!.
Miro a mi alrededor y el reflejo del sol de un techo de chapa me hace mal a los ojos. Tengo la boca seca y la baba me corre por la comisura de los labios.
- ¿Donde estoy?
- Estamos en la punta de línea, y se tiene que bajar del colectivo porque yo termine mi turno, me respondió el chofer.
Bajo del micro y el sol me golpea la cara y acelera el sudor de mi frente. Con el diario abierto en los clasificados, improviso una vicera.
La polvo que dejó el omnibus al irse me hizo toser y me ayudó a despertarme por completo.
Un niño con una camiseta vieja y rota con publicidad de Kamerath intendente en el pecho, me pide una moneda. Lo miro y le respondo:
- No tengo, el último cospel, se me fue con ese bondi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario